lunes, 27 de enero de 2014

El tiempo es cosa de minas...

Sólo las mujeres tenemos la propiedad de calcular tiempos absurdos.

Por ejemplo, hace 13 meses que publiqué por última vez algo en este blog. Es cierto que la vida que yo conocía, en esos 394 días que pasaron, se fue al carajo.

Pero me sorprende que, cuando no nos gustan nuestros propios relojes, empezamos a ver las ventajas comparativas sobre los de otras. Es más fácil juzgar a los demás. Más divertido también.

Pendejita, lenteja, solterona, menopausica prematura, rápida, apurada, ansiosa, histérica... fijate, todas tienen como factor común el tiempo. Un tiempo que sólo a nosotras nos importa.

Por el contrario, el único factor que influye a los hombres, es el nivel de rotura de huevos que podamos llegar a generarles con todo eso (o su eventual estallido, si eso impide que la pongan).

Me gusta querer diferenciarme del género, pero no dejo de ser una más. Yo calculo tiempos absurdos también. Pero hace rato que yo al reloj no le doy importancia, más que el de la mera hora. Como para orientarse un poco nomás.

2:11 AM. Como todos los veranos, me gana el insomnio. No me quejo. Me gusta sentir las gotitas que entran del balcón de mi casa en las patas. Me falta un pucho, pero no fumo.

Me duermo en los entierros de mi generacion. Mientras, vuelvo a estos ruedos.





No hay comentarios: